HORIZONTE DE SUCESOS

 

  • ANÁLISIS DE LOS 3 OJOS


    La fotografía que elegimos fue sacada por Alec Soth, tiene una altura de cámara normal centrando al sujeto y
llevando la mirada del observador principalmente en esa parte de la imagen. Hay dos elementos ocupando un
pequeño tercio inferior izquierdo de la fotografía, pero no logra competir la atención con la del sujeto. Para
que se visualice el cuerpo completo del sujeto, ya que lo que importa es retratar la acción de baile y algún
pequeño detalle del espacio, se utilizó una focal angular. No se llega a visualizar cierta deformación en la foto
como suele suceder con los lentes tan angulares como los 18mm, por lo que podría estar rondando entre
un 24mm a un 35mm manteniendo distancia con el hombre.
La puesta de luces se compone de una iluminación dura, pudiéndose tratar de un Fresnel o un flash por su
luz tan dura y dirigida ubicada a pocos metros más alto que el sujeto y ligeramente posicionada a su derecha.
No se descarta que se haya utilizado rebotes para intensificar la total iluminación de todo el espacio, sin dejar de
priorizar la sombra que se genera detrás del sujeto.
La locación puede tratarse de un antiguo estudio de baile, componiéndose de diferentes texturas como el
suelo de cemento ya descuidado por el tiempo, y las paredes de ladrillo pintadas de blanco con pequeñas partes
manchadas. El sujeto de la imagen potencia la idea de estudio por su posición no tan habitual de baile. Tanto la
mesa y la silla de metal como la poca estética del espacio aumenta el imaginario de estudio de baile antiguo donde
suele concurrir personas mayores a aprender danzas más tradicionales, alejándonos de la posibilidad de elegir
una locación más moderna donde la madera es la materialidad principal del espacio.
Ahora bien, la totalidad de la fotografía nos genera un sentimiento de nostalgia (más allá de que el uso del
blanco y negro puede conducirnos automáticamente a esa sensación) ya que al momento de imaginarnos a alguien
bailando podemos pensar en una dupla, pero en este caso el sujeto se encuentra solo como si el espacio entre sus
brazos tuviese que ocuparlo alguien. Podríamos estar esperando como espectadores ver una siguiente foto de él
en su juventud en la misma posición de baile, pero esta vez acompañado por alguien quien podría ser una
completa extraña o irnos más allá e inventarnos una historia de que la persona en la foto fue su esposa
ya fallecida. Aunque todo esto que esperamos ver no está representado en esta foto y el autor simplemente nos
da la información de que en el centro de la imagen hay un hombre anciano bailando solo generando melancolía
de algo que ya no está, una ausencia muy clara. Aunque las narrativas internas podrían ser múltiples y abarcando
cualquier tipo de sentimiento ¿Y si realmente este personaje está en una audición? Ahora la sensación sería
distinta, simplemente se trataría de una imagen que luego fue enviada a un director o productor para aprobar o
descartar dicho papel. También podríamos preguntarnos si la foto fue casual o fue una situación completamente
armada donde el fotógrafo le indicó cómo posar, entonces ¿el señor era genuinamente un bailarín o simplemente
lo contrató para la foto? Todas estas preguntas e ideas del “qué” y “cómo” de esta foto fueron surgiendo mientras
la observábamos, evitando buscar desde un principio la intención real de Alec Soth.
  • PREPRODUCCIÓN

CASTING:

Para este proyecto nos contactamos con el actor Jorge Nemirovsky para protagonizar al sujeto de la fotografía.

VESTUARIO:

Camisa gris, saco negro, pantalón beige, cinturón, anillos y anteojos.

LOCACIÓN:

La locación elegida para la producción del cortometraje es el set de fadu debido a su semejanza con el espacio original de la fotografía de Alec Soth.


EQUIPO TÉCNICO:

  • Cámara: Canon 800D
  • Lentes: 18-55mm, 50mm.
  • Iluminación: Fresnel tungsteno.
  • Accesorios: Banderas, rebotes, difusores
  • PROPUESTA
    Planteamos adentrarnos en una cierta subjetiva del señor momentos antes de plantarse frente a cámara ¿qué recuerdos lo invaden mientras se prepara para posar?
    Al inicio empezaríamos con planos más en detalles: las manos donde se destacan las arrugas, detalles del traje, la mirada, los anillos, un pañuelo que no para de apretar nervioso. Descubrimos a nuestro personaje de a poco para tratar de entender quién es o qué es lo que está haciendo realmente. La iluminación acompaña este misterio manteniéndose en contrastes altos, con el personaje casi en la penumbra.
    Mientras analizábamos la foto nos imaginamos al sujeto haciendo presentaciones en su juventud, por lo que planteamos la idea de que se abriese un gran telón al momento en que él entra en cuadro para posar para el fotógrafo, como si el espectador también estuviera vivenciando un recuerdo suyo que ahora está mezclado con su presente ya anciano. En ese momento la luz se volvería completamente direccional y cerrada, acompañando a nuestro personaje hasta el medio de la escena donde finalmente se iluminará por completo para dar inicio a un pequeño baile en solitario.

    Para la escena final, luego de que sucediera la secuencia imitando la foto original de Alec Soth, nuestro personaje reviviría la felicidad que le implicaba el cierre de telón, siendo abordado completamente por sus emociones, agradeciendo al público y al mismo tiempo al cielo donde se encuentra aquella persona que ya no puede bailar junto a él.



  

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